jueves, 8 de mayo de 2014

Amor eterno, Johanna Lindsey



Amor eterno, Johanna Lindsey

Editorial: Plaza y Janés / Agosto 1996 ISBN: 9788401326707 Papel: 14,72 € Páginas: 320
Editorial: RBA / Junio 2003 ISBN: 9788447330157 Papel: 7,64 € Páginas: 320
Género: Histórico
Serie: 2º- Sherring Cross

Kimberley Richards es una rica heredera inglesa que roza el límite de edad aconsejable para contraer matrimonio. Su padre decide confiarla a los duques de Wrohston para introducirla en el ambiente de la aristocracia, donde supuestamente encontrará un buen partido. Lachlan MacGregor, jefe de un rudo clan escocés venido a menos, se esfuerza por mantener a flote las calamitosas finanzas de su familia. La única solución es que el arrogante y apuesto Lachlan se case con una mujer rica que libre al clan de las penurias. Sin embargo, la atractiva y recatada joven siente aversión por los cazadotes y aún más por la triste necesidad de comprar un marido...




Kimberly es la hija de un conde y es una rica heredera pero, aún así, no ha logrado encontrar marido, primero, porque ha estado de luto y segundo, porque no es una mujer muy agraciada, es muy alta, desgarbada y su cara resulta de lo más normal. Está apunto de que se la pueda catalogar, según los cánones, como una solterona. Pero su padre no está dispuesto a permitirlo, quiere a Kimberly fuera de su casa cuanto antes y así poder unirse a un condesa viuda con la que se esta viendo. Por eso va a encontrarle un marido como sea y el mismo día que termina el luto por la muerte de su esposa decide mandar a su hija a la casa de los duques de con la intención de lanzarla definitivamente al mercado matrimonial.

Lachlan es el jefe del clan escocés MacGregor, pero en los últimos tiempos se ha visto obligado a comportarse como un vulgar salteador de caminos, para así llevar dinero a su gente, pero esa no es la solución, su deber está en buscar una heredera rica para así sacar a su gente de la pobreza en la que les sumió la última esposa de su padre, lady Winnifred, al robarles todas las joyas de la familia. Por ello acude a Inglaterra en busca de la mujer más conveniente.

El inicio entre estos dos protagonistas no puede ser más desalentador, pero el destino tiene sus propias normas y los terminará uniendo, no sin antes pasar por alguna que otra dificultad que deberán superar juntos.

“Amor eterno” es uno de los libros que más ternura me despierta. No solo por la relación entre los protagonistas, que es preciosa, sino también por otros muchos detalles, como por ejemplo como Lachlan intenta tirarle los tejos a la que es su anfitriona, pero en realidad no puede dejar de mirar a una chica que se supone que es del montón, nuestra protagonista.

Es también un libro divertido, en más de una ocasión me encontré saltando alguna que otra carcajada y, también, pero muchas menos veces, alguna que otra lagrimilla.

Kimberly ha llevado una vida más o menos tranquila, si bien es cierto que no contó con el cariño de su padre, siempre pudo contar con su madre hasta su fallecimiento. La aptitud de su padre la podía haber transformado en una mujer insegura, o del mal carácter (como el de él), pero nada más lejos de la realidad, Kimberly es una mujer encantadora, risueña y cariñosa.

Lachlan es el apuesto escocés que aparece brevemente en el primer libro de la serie “El hombre de mis sueños”. Es un hombre de honor, pero se ha visto obligado incluso a robar para ayudar a los suyos. Es un caradura, pero es el típico caradura que te enamora por lo pícaro que es.

Respecto a los personajes secundarios destacar a los protagonistas del primer libro de la serie: Megan y Devlin, que es un placer saber de ellos y de cómo les han ido las cosas. También destacaría a toda la numerosa y extraordinaria familia de Kimberly.

En resumen, un libro bonito y que por más veces que lo lea no deja de hacerme suspirar. Sí, tiene defectos ¿cuantos no los tienen? Solo se que para mi es un autentico placer leerlo y volverlo a leer.

Puntuación: Un 9


Cris / Keke

 

1 comentario:

  1. Como me gusta este libro! Es uno de mis preferidos, gracias por la crítica Cris.

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