viernes, 17 de abril de 2015

Crimen se escribe con A, Irene Ferb



Crimen se escribe con A, Irene Ferb

Editorial: Kiwi / 02 febrero 2015 ISBN: 9788494321450 Papel: 16,90€ Páginas: 364
Género: Chick-Lit
Serie: Independiente

Un nuevo caso cae en manos de la inspectora de homicidios Aridane: el extraño asesinato de una joven llamada Rebeca.
Tres sospechosos. Tres hombres que se citaron con Rebeca mediante Wonderful Love, una agencia de contactos de alto standing.
Tres citas. De incógnito, se citará con ellos y deberá estudiar todos sus gestos, sus palabras y sus vidas en busca de pistas que hagan avanzar la investigación. 
Tres coartadas sólidas, pero uno de ellos tendrá que dar con sus huesos en la cárcel. Nuestra chica no dudará en hacer «lo que sea necesario» para descubrirle.
Su vida se complicará con cada cita y no será nada fácil señalar al asesino. Unas veces parecerá que nadie es culpable, otras veces lo parecerán los tres. 
En una disparatada semana de infarto, tensión, pasión, dudas y mentiras, tendrá que apartar sus emociones y ser capaz de cerrar el caso.




No conocía a la autora, Irene Ferb antes de leer esta novela. Nunca he leído nada suyo y me he encontrado con otra gran pluma, muy a mi estilo, fresco, divertido, y guasón.  Una novela que si bien no tiene una trama demasiado original, está escrita con un humor cómico-festivo que me encanta.
Aridane es inspectora de homicidios. Joven y divertida, se siente más cómoda con pantalones y zapatillas que vistiendo tacones y vestido de estoydebuenaquetecagas. Demasiado ocupada con un trabajo que le apasiona, y con una familia alocada y disfuncional que la trae por la calle de la amargura, no es muy dada a tener relaciones con hombres, ni románticas ni de ningún tipo.

Al único que medio soporta, y porque tienen que relacionarse durante muchas horas en el trabajo, es a su compañero Rubén, el guaperas de la comisaria. Con inmensos y aterciopelados ojos negros, un físico moreno y  espectacular, Rubén es un guasón que la pincha y la embroma aunque  muy a menudo será la voz de la conciencia de Aridane. Con una gran camaradería, ambos mantienen una relación cordial y amistosa, sin más pretensiones.

Un nuevo caso mantiene en vela al equipo. Rebeca una joven maestra universitaria, aparece muerta de dos disparos en su casa. Bajo su cuerpo escrito con sangre una única palabra de la cual solo se entiende la primera letra “A” Los sospechosos  son tres. Tres hombres que conoció a través de una agencia de citas, cuyos nombres empiezan por A y con los que se citó y mantuvo relaciones en las semanas previas a su muerte.

Siguiendo una línea de investigación singular, Aridane decide infiltrarse en la agencia y citarse con los sospechosos, interrogándoles y estudiando sus hábitos y su carácter. Fiel compañero Rubén la respaldara de incognito en cada una de las citas, y de paso cachondearse con sus apuros.  Y he aquí a los sospechosos.

Arthur. Engominado y empalagoso. El uso excesivo de perfume lleva a Aridane a considerarlo su principal sospechoso o a vomitar.

Álvaro llamado el tirillas por su físico enclenque y enjuto. Aridane no deja de repetirse que es demasiado pequeñajo para haber cometido un crimen, sin embargo da cierto repelús.

Adrián el guapo. Famoso de todas las portadas de la prensa rosa de hace unos años por su romance con una actriz. No parece ser el tipo de hombre que necesita utilizar una agencia de citas para encontrar mujer. Eso lo hace doblemente sospechoso.

Así que nos encontramos con una inspectora que de pronto se pone tacones, se pinta los labios, se cita una y otra vez con los sospechosos, con resultados que van desde el vómito perfumado hasta la atracción física descomunal. Mientras su hermana Cristina, que está loca de atar, tiene problemas con su matrimonio, le deja al bebe Simón y desaparece durante horas, o aparece de improviso para mantener conversaciones capaces de llevar al más cuerdo al ala de psiquiatría más cercana.

Mientras el padre recto y sensato se echa una novia rusa, hermana de un narcotraficante, a la que hay que rescatar. O el amigo de la víctima, Nacho, cuyo lenguaje poligonero no hay quien entienda. O la gata Queca, animal listo donde los haya, enamorada de Adrián y con un instinto para desentrañar asesinatos fuera de lo común.

Un desfile de secundarios a cada cual más loco y rechiflante, pero que combinan perfectamente con nuestra protagonista, lista y divertida.

Me ha encantado el tono en el que está narrada la historia. Cuando comencé las primeras hojas, al leer el lenguaje empleado pensé que se iba a hacer lento o empalagoso. Nada más alejado de la verdad. En realidad el lenguaje, el estilo narrativo usado, le da cierto aire cómico acorde con la historia, y además se lee muy bien. Las palabras aunque podrían pasar por rebuscadas son la salsa del bistec, sin las cuales estoy segura no sería lo mismo

El ritmo no decae en ningún momento. Las situaciones van a toda marcha y cuesta abajo. A menudo me he encontrado cerrando los ojos, como cuando ves venir un golpe y de forma automática los cierras como para protegerte. Y es que no es para menos, Aridane sale de puntillas de una, para meter la pata y tambalearse al minuto siguiente.

Con todo lo dicho ya se ve claro que he disfrutado de esta lectura inmensamente. Me he reído y me ha entretenido maravillosamente, por lo que sinceramente la recomiendo.

Al final me resulto imposible no caer en el vicio de avanzar y echar una hojeada a las últimas hojas para ver con cuál de los cuatro se queda. La duda me tenía en un sin vivir toda la novela. No voy a decirlo!! Leedla!!

Para terminar agradecer a Ediciones Kiwi la posibilidad de leer esta novela.

Mi valoración 9,5

Mary Jo

 

0 comentarios:

Publicar un comentario