domingo, 24 de abril de 2016

El rincón del escritor: Mara Soret nos presenta La quinta de los mangos

Tras una infancia cargada de exotismo en la Venezuela de los años setenta, la vida de la pequeña Bárbara dará un quiebro inesperado. Solo su primo Beto será capaz de sacarla del pozo, pero el cariño entre ellos tiene consecuencias. La madre de Bárbara, siempre perceptiva, decide poner tierra de por medio, para evitar una relación que a su juicio sería incesto. Miami, Madrid y el norte de Escocia, serán algunos de los lugares a los que nos transportará La Quinta de los mangos, una novela apasionante a través de la vida de una mujer impetuosa que luchará por su felicidad.









Ficha del libro





Los personajes nos hablan de la novela:

Mi nombre es Daniel Bosch, soy cirujano cardiovascular y he dedicado media vida a colaborar con diferentes organizaciones no gubernamentales. Gracias a ello, he conseguido ganarme el respeto de colegas, familia y amigos. Sin embargo, estoy a punto de perderlo todo. Ahora no puedo comer, no puedo dormir, no consigo apartar de mi mente su pecho recién brotado, sus labios carnosos, sus ojos de susto y su olor a cachorro. ¡Maldita sea, no entiendo en qué momento esta mocosa llegó a destrozarme la vida!


***

Me llamo Eric Kershaw y de hoy no pasa. Sé que oculta algo, pero sospecho que no es momento de hacer preguntas, ya habrá tiempo para eso. Lo único que importa es que su madre se ha marchado y esta noche estaremos solos y en su casa. Hoy es mi día de suerte y mañana me pasearé con ella por el colegio exhibiéndola como un trofeo.

***

Mi nombre es Roberto Lale, aunque todos me llaman Beto y no he hecho otra cosa que quererla desde el día que nació. De pequeña todos pensaban que era un bicho raro, solo yo veía a la increíble mujer en la que se está convirtiendo. Si piensa que me voy a quedar de brazos cruzados mientras un tío que puede ser su padre se la beneficia, está muy equivocada. Puede que el malnacido se haya apuntado el set, pero el partido continúa. El inglesito no me preocupa, me temo que el pobre es solo fuego de artificio. Sea como sea, los tres somos víctimas de la misma hechicera.




Una escena que abra el apetito:

Mientras se enjabonaba, se lamentó al ver la cicatriz de su pierna y la otra gran cicatriz diagonal que le cruzaba el abdomen. Le hubiera gustado no tenerlas pero no podía hacer nada para evitarlo, así que decidió centrarse en sus puntos fuertes. En general se sentía orgullosa de su cuerpo. Durante el verano, bajo el manto protector de su madre, había ganado cuatro kilos que le sentaban muy bien, estaba segura de que a él le gustaría el cambio una vez tuviera la ocasión de palparlo a conciencia.

Cuando vio que ya tenía los dedos arrugados, decidió salir de la bañera y empezar a arreglarse. Se lavó los dientes como si tuviera cita con el dentista. Se puso crema hidratante en todo el cuerpo, se perfumó con esmero, incluso en lugares donde nunca lo había hecho, se secó el pelo y se maquilló ligeramente. Por último, se puso algo de brillo en los labios, a sabiendas de que le duraría muy poco.

Eran ya las nueve menos cuarto y su corazón latía a toda prisa. Había dejado la ropa preparada sobre la cama. Se puso un delicado conjunto de lencería blanca con puntillas que realzaba su pecho. Luego una falda corta con vuelo de color beige y una camisetita blanca de tirantes con generoso escote y, sobre ella, un pequeño suéter abierto de angora, también blanco y ajustado. Al verse en el espejo sonrió satisfecha. Y en ese momento se percató de que el blanco era el color predominante. El subconsciente la había traicionado, para ella era su noche de bodas, y sin darse cuenta, iba de blanco como una novia.



Desde LecturAdictiva damos las gracias a Mara Soret por la presentación.

1 comentario:

  1. Gracias por la presentación, le seguiré la pista a la obra, ya que me ha llamado a atención.

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