domingo, 17 de septiembre de 2017

El rincón del escritor: Verónica Valenzuela nos presenta Herido

"Herido" es un drama erótico que cuenta la historia de Morgan Drake, un antiguo Seal americano de las fuerzas especiales que ha sufrido el maltrato de su padre desde niño. Tras su paso por las fuerzas de combate, en su última misión en Irak es apresado y torturado hasta convertirlo en un monstruo que no soporta mirar su cuerpo destrozado en un espejo. Además del horrible secreto que nadie conoce.

La llegada de Sara Butler a Los Ángeles, la hermana de su socio y una joven pintora de gran fama en España, despertará el oscuro corazón de Morgan en el que las heridas aún más profundas que en su piel, le hacen ser un hombre irascible y arisco que vive escondido en su refugio.

Sara tiene una cuenta pendiente con Morgan, está enamorada desde los quince años de él, y que regresa a España para descubrir si aquel amor de juventud puede ser la pasión de la mujer que es hoy.
Una novela de sentimientos y conflictos intensos, a veces tan dura como la vida misma y que no dejará indiferente al lector, en el marco incomparable de la ciudad más bohemia de USA.
El amor, el miedo y los traumas del pasado componen una historia apasionante e inolvidable con un toque de dulce sensualidad, que recuerda al mito de la bella y la bestia.

Ficha del libro





Los personajes nos hablan de la novela:

Si estáis leyendo esto, es que Sara me ha salvado del infierno que era mi vida.
Soy Morgan Drake Mason, tengo cuarenta y dos años, vivo en Los Ángeles, California, y hace 17 acabó mi vida como Seal de la forma más abrupta. Fui torturado y apaleado en una prisión de Irak, convirtiéndome en un hombre hecho pedazos.
Pero tuve la fortuna de que una mujer imparable de mi pasado, apareciera para recomponer los pedazos de mi alma, de mi cuerpo y de mi hombría.
Sara. Su nombre me evoca la imagen de una chica que no rebasa el metro y medio, de profundos ojos azules que traspasan tu alma tras sus gafas de intelectual. Con un cuerpo lleno de curvas que la acomplejan porque se ve gorda, cuando yo me muero por recorrerlas con mi boca.
Una mujer tan valiente que casi se destruyó por recuperarme, que me enfrentó a lo que más temía, a la que hice mucho daño y que sin embargo, jamás se rindió conmigo.
Es fuerte, más terca que una mula, indomable y con un corazón que supo ver más allá de todas mis cicatrices, de todo mi dolor, para devolverme la fe y la cordura.
Es la única mujer que amaré en mi vida, porque como Sara no hay ninguna.
Recuerdo cuando ella tenía quince años y David, su hermano, me llevaba a su casa cuando volvíamos de alguna misión. Era la criatura más curiosa y parlanchina, aún lo sigue siendo, que revoloteaba a mi alrededor para enseñarme los bocetos que ya dibujaba. Yo sabía que un día sería la gran pintora que es en el presente, aunque entonces la veía como mi hermana pequeña. Lo que nunca imaginé es que sería de adulta el amor de mi vida.

Una de las anécdotas que tengo de Sara, fue aquella vez con la escayola en la que tuve que desnudarla para que tomara un baño, ¡dios bendito! Cuando tuve que bajar sus braguitas porque ella no podía y se despojó de la toalla que la tapaba, creí que entraría en combustión espontánea allí mismo. Y tener que disimular mi erección diciéndole que no se avergonzara, porque era como desvestir a mi hermana, luego supe con el tiempo que provocó su furia.
Y os puedo asegurar que la furia de Sara es como desatar el infierno.

***

Soy Sara Butler. Tengo 32 años y hasta hace poco vivía y trabajaba como pintora en España. Hasta que en 2007 mi hermano me pidió que rescatara al hombre del que estuve enamorada desde adolescente.
Cuando regresé a Los Ángeles, aquel chico de veinticinco años que dejé atrás se había convertido en un hombre maduro, con una cara de ángel y un corazón de demonio. En un metro noventa se condensaba todo el dolor, el sufrimiento y la ira que solo alguien que ha sufrido tanto como Morgan, era capaz de soportar.
Pero sus ojos verdes como la hierba fresca ya no tenían la ilusión de antaño, reflejaban una angustia y desolación que nunca había esperado ver.
Y entonces supe que los años que pasé fuera no le habían arrancado de mi corazón lo más mínimo. Al contrario, cuando comencé a vivir cerca de él descubrí facetas desconocidas de aquel hombre, algunas me hicieron odiarlo, pero otras me dieron la fuerza que necesitaba para arrancarle del dolor de su vida.
Pero no fue fácil, creí que la desesperación me arrastraría con él, que no me quería y sin embargo estaba completamente equivocada.
Morgan necesitaba quererse a sí mismo para poder amarme a mí, y me costó mi propia alma conseguir que así fuera.
Porque yo amo más que a mi vida al hombre que tiene ese cuerpo repleto de cicatrices que ya no tienen secretos para mis labios. Porque él es mío y he conseguido arrancarlo de las garras del odio y la tristeza.
Recuerdo aquella vez en la terraza del restaurante, cuando discutimos por primera vez y me quitó al marcharme mi bolsa escondida de chucherías, poniéndola con el brazo en alto para que no llegara. Sí cariño, pero unos buenos tacones y un rodillazo en tus preciados cascabeles, hicieron que cambiaras de opinión y pude recuperarlas.




Una escena para abrir el apetito:

Entraron en la oficina cerca de las 9 ante un David risueño que preparaba un delicioso café.
—Llegáis temprano, ¿habéis desayunado?
—Sí, pero necesito otro café bien cargado —repuso Morgan bostezando.
—Yo también tomaré uno —dijo, besando cariñosa a su hermano y soltando el maletín en una de las sillas altas de la cocina.
Morgan cogió su taza de negra y la roja de David, sacando del armario una blanca para Sara. Dispuestas para servir el amargo líquido en ellas, tomó la jarra de leche al mismo tiempo que la chica se despojaba de su chal negro.
El busto de Sara que mostraba la abertura del vestido, hizo que la jarra escapara de las manos de Morgan, estrellándose ruidosamente contra el suelo. Ella aguantó la risa, satisfecha del efecto causado, y bebió el café a sorbos lentos, deleitándose con el trasero de su enemigo mientras éste limpiaba el destrozo.

Desde LecturAdictiva damos las gracias a Verónica Valenzuela por la presentación.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por hacer que Morgan y Sara cobren vida.
    Besos chicas.

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  2. Me gusto mucho, me sorprendió aunque no era el primer libro que leía de Verónica, una historia muy recomendable!

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