martes, 3 de junio de 2014

El último vals de Matilda, Tamara McKinley



El último vals de Matilda, Tamara McKinley

Editorial: El Andén / Noviembre 2007 ISBN: 9788496929357 Papel: Descatalogado Páginas: 440
Género: Sentimental
Serie: Independiente

Tras la trágica muerte de su marido y de su hijo, Jenny se da cuenta de que no tiene a donde ir. No obstante, al poco descubre con sorpresa que su esposo le ha dejado en herencia unas tierras en Australia. Una vez allí, oye hablar de Matilda Thomas, cuya intensidad se le hace confusa. Jenny se enamorará de un hombre notablemente guapo, Brett Wilson, administrador de los bienes, pero, a su vez, conocerá el impactante pasado de su marido.





Es el primer libro que leo de esta autora, cuando lo empecé no tenía ni idea de lo que me encontraría dentro de sus páginas, no tenía ninguna expectativa y al final debo decir que me gusto.
Su manera de ubicarnos en el lugar, de describirnos el paisaje y el clima de Australia es simplemente genial, también la forma en que aborda los giros temporales y argumentales, la historia no es romántica, tiene algún toque al respecto, pero yo diría que es más bien un drama sentimental, con situaciones muy duras y tristes.

Sin desvelarles nada importante, la trama gira en torno a dos mujeres, una de la década de los 70’s (Jenny) y otra de principios del siglo XX (Matilda), las vidas de ambas se entrelazan por cuestiones del destino.

Jenny es una joven viuda, que se siente perdida al encontrarse de un día para otro sola, quien a pesar de tener su arte como refugio (es pintora) no le encuentra sentido a su vida, su marido e hijo mueren inesperadamente y se siente incapaz de superar dicha perdida. Algún tiempo después de la tragedia, al cumplir ella 25 años, se entera que su marido le ha dejado una herencia, de la cual ella no tenía ni idea, una propiedad en la zona rural de Australia, una granja ovejera llamada “Churinga”……
Matilda vivió en “Churinga” en los años 30’s, su madre murió cuando era adolescente, quedándose con su padre el cual le daba una muy mala vida y se veía obligada a hacerse cargo de la granja por las continuas ausencias del progenitor, su amor por ese pedazo de tierra la hicieron luchar con uñas y dientes prácticamente toda su existencia para conservarla, jamás venderla a pesar del constante intento de sus vecinos por hacerse con la granja, algo que le valió demasiadas penas……

Al llegar Jenny a su propiedad heredada, después de mucho pensar que hacer con ella, se encuentra con algo que no esperaba, un paisaje salvaje, lejos de la civilización, con un capataz atractivo que la trata con frialdad, pero lo más misterioso de todo, se topa con un total hermetismo acerca de la vida y muerte de la antigua propietaria de la granja, Matilda. Así como también al igual que su predecesora se ve abordada con ofertas e insistencia de sus vecinos de comprarle las tierras.

Al curiosear por la casa Jenny encuentra los diarios de Matilda, donde se encuentra plasmada cronológicamente la vida de aquella misteriosa mujer de la que nadie quiere hablar, es así como la autora nos lleva a través de saltos en el tiempo a conocer a estas dos mujeres, una a través de la otra, donde nos enteramos al mismo tiempo que Jenny, que hace ella ahí, porque su marido compro la granja y el porqué la insistencia de la familia vecina en comprarla, la rivalidad y los secretos que han existido entre los propietarios y el dolor que empaña y sigue presente en la granja.

La historia es dura, trágica hasta más no poder, pero engancha a pesar de que a mi punto de vista no es un libro que me haya encantado, pero que ha mantenido mi interés hasta el final, con un desenlace inesperado e impactante, que toca temas que pocas autoras se atreven.

Puntuación: 8
  
Semjase


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