miércoles, 30 de julio de 2014

Prométeme el mañana, Candace Camp



Prométeme el mañana, Candace Camp

Editorial: Harlequin / octubre 2001 ISBN: 9788439691112 Papel: 4,07 € Páginas: 317
Editorial: Harlequin / marzo 2009 ISBN: 9788467168495 Papel: 6,50 € Páginas: 317
Género: Histórico
Serie: 2º Chilton

Lord Lambeth no podía evitar sentirse cautivado por la bella Marianne Cotterwood, aunque sabía que ocultaba un secreto. El deseo que sentía por aquella enigmática mujer era tan intenso como su necesidad de desentrañar aquel misterio... Marianne no podía recordar nada de su vida antes de su ingreso en un orfanato. Su futuro volvió a cambiar cuando fue acogida por una excéntrica familia de ladrones y carteristas. La elegancia natural de Marianne hacía de ella una perfecta ladrona, que se infiltraba fácilmente entre los ricos en busca de posibles presas. Hasta que lord Lambeth la sorprendió con las manos en la masa... Pero había otra persona interesada en los secretos de Marianne. Una peligrosa sombra de su pasado se acercaba, y Marianne descubrió que no tendría más remedio que otorgar su confianza a lord Lambeth, un hombre tan temerario como ella misma...



Hace unos días os hablé de "Un velo de misterio", la primera novela de la serie "Montford Heirs" de la escritora Candace Camp. En ella se presentaba a tres hermanos, separados a muy temprana edad tras la muerte de sus padres, y cuya vida ha discurrido sin saber nada el uno del otro.

Si en ese primer volumen se narraba la historia de Alexandra Ward, la más pequeña de los tres, ahora le toca el turno a Marie Anne, o Marianne Cotterwood, tal y como ella se presenta, que resulta ser la mediana de los hermanos y la que terminó en un orfanato a la temprana edad de 5 años.

Nueve años después y sin ninguna perspectiva de futuro, es aceptada como sirvienta en casa de ciertos miembros de la aristocracia. Allí se enamora del hijo de la familia, quien después de haberla cautivado, la viola dejándole con un recuerdo agridulce. Sola y embarazada, una familia de carteristas-ladrones la acoge en su seno y le presta la ayuda que todos le han negado a lo largo de su vida.

Y así es como va forjando su vida y se convierte en una más de ellos. No queriendo que a su hija Rosalind le falte de nada, no duda en ser la encargada de inspeccionar las casas de los aristócratas en cualquier fiesta a la que se la invita para que su "pandilla" (o ella misma, si es preciso) se encargue de desvalijarla... hasta que lord Lambeth la pilla con las manos en la masa.

Libertino y mujeriego, o al menos así lo conocen en las altas esferas, Justin Lambeth en lo último en lo que piensa es en dar la voz de alarma. Se siente cautivado por su belleza (para variar) y mucho más después de ese primer beso robado. Sin embargo, parte de su cautivación da lugar a la desconfianza cuando uno de sus amigos cae preso de los encantos de Marianne, y ésta no parece ponerle freno.

Queriendo descubrir de qué pie cojea cada uno, tanto Justin como Marianne se enzarzan en una relación llena de cachivaches, con los típicos entramados tan habituales en el género histórico, que si bien convierten su lectura en una tarea amena, resulta repetitivo hasta la saciedad.

No hay cambios bruscos que de repente te despejen la mente y te mantengan el alma en vilo hasta descubrir qué es lo próximo que va a suceder. La historia es más bien lineal, vuelve una y otra vez a lo obvio, aportando lo que ya todas conocemos como esas situaciones comodín que tan bien les resultan a muchas autoras... situaciones que no te aportan nada nuevo ni refrescante, y que a la larga, tras haber leído la misma escena repetidas veces aunque con protagonistas distintos, te hace preguntarte si la inspiración se reduce únicamente a lo que ya está inventado.

De todas maneras, "Prométeme el mañana" es una de esas apuestas seguras si te gusta lo histórico. No se sale de los márgenes o patrones de la normalidad, pero es bastante más que agradable, aunque, por supuesto, la trama está redactada muy por encima, sin profundizar mucho en nada más que la relación de los protagonistas.

Poco se puede ver de la relación madre-hija entre Marianne y Rosalind, o de ese primer encuentro familiar cuando se descubre que Marianne es en realidad Marie Anne Chilton. Y ambas hubieran enriquecido la novela sobremanera, no convirtiéndola en sublime pero sí aportando ese toque de ternura que he echado en falta en más de una ocasión.

Debo reconocer, en cambio, que sí destaca la amistad que surge entre varios de los personajes con la protagonista, y que la historia secundaria entre el primo Buckminster y Penelope es más que un punto positivo, ya que me ha gustado tanto como la pareja protagonista, aunque le hubiera otorgado algo más de protagonismo.

En resumidas cuentas, no estamos ante la mejor obra de Candace Camp, pero es bastante recomendable. Y ahora que estoy con el tercero y último de la serie, tengo que adelantaros que es el mejor, o al menos a mí me está enganchando muchísimo más que los dos anteriores.


Zuriñe

 

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