domingo, 28 de junio de 2015

El rincón del escritor: Alexandra Roma nos presenta Aura cambia las zapatillas por zapatos de tacón

Ficha del libro
Mi nombre es Aura Núñez. Tengo 18 años y este año he abandonado el seno familiar, dejando atrás al santo de mi padre, la maniática de la limpieza de mi madre y  el zopenco de mi hermano, para venir a Madrid a estudiar en la Universidad. La meta la tengo clara: quiero crecer, evolucionar, quemar etapas hasta dejar atrás mis converse usadas y calzar unos buenos tacones con los que pasear por la Castellana como la mujer de éxito que aspiro a ser.

Pero la experiencia no es tan sencilla como imaginaba. La independencia, mis compañeras de piso, las clases, mis sueños, dudas, y, lo más importante, encontrarme a mí misma en el caos de mi existencia, aprender a vivir.

Para complicarlo todo un poco más, conozco a dos chicos, Víctor e Ismael, con los que mi universo cambia irremediablemente. Un cantautor solitario, atractivo, repleto de tatuajes y enigmático, capaz de tocar en lo más profundo de mi corazón con cada nota que arranca a su guitarra y un actor popular, sexy, con una sonrisa arrebatadora y provocador que me asegura que es el protagonista de mi ‘Para siempre’ de cuento de hadas. Y mi mundo se tambalea al descubrir que amar a alguien con los cinco sentidos no siempre es fácil, sumergida en un amor tan intenso, profundo y único que temo que mi pobre corazón no sea capaz de soportarlo, ¿me acompañas en la aventura de mi vida?



Los personajes nos hablan de la novela:

Aura: 
Mi nombre es Aura Núñez y soy imperfecta. Como tú. Este año he dejado mi pueblo en Cuenca para

irme a Madrid a estudiar en la universidad. Quiero avanzar, quemar etapas hasta lograr abandonar mis converse usadas y calzar unos buenos tacones con los que pasear por la Castellana. Pero para ello tengo que superar el cambio, la transición, dejar atrás la adolescencia y transformarme en una mujer de éxito. 
Y no será fácil. La universidad, las novatadas y hermandades, los exámenes, las horas interminables en la biblioteca, los suspensos y aprobados raspados, el amor, el desamor, las drogas, la independencia, mis primeros viajes al extranjero, los amigos, las ilusiones y las decepciones, son algunas de las piedras que encontraré en el camino. Algunas me cortarán la respiración y otras me proporcionarán aire para llenar mis pulmones. Mi viaje hasta la independencia es como una montaña rusa, de esas en las que levantas las manos al llegar a la cima y gritas como si te estuviera persiguiendo el diablo con la caída. 
Acabo de cumplir 18 años, una cifra que me convierte automáticamente en adulta. Viviendo en un piso en el centro de la capital cualquiera diría que soy una mujer de éxito. Pero no. Todavía no. Esa es la meta del proyecto de futuro que empieza cuando desciendo del vagón en Atocha. Para poder calzar unos buenos tacones y pasear por Plaza de Castilla acompañada de un maletín de cuero tengo que superar cuatro años de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. ¿Por qué eligí una carrera con la que poder bostezar entre balances de cuentas? Ni yo lo sé. Yo quería ser periodista. Sinónimo de paro. Ésa fue la fatídica palabra que me llevó a marcar una casilla sin estar convencida. Una decisión inamovible, ¿o no? Y es que cuando alguien, que es capaz de tocarme el corazón con la misma maña que acaricia las cuerdas de su guitarra, me enseña que la vida está para vivirla y que hay que luchar por los sueños hasta el último aliento, dejaré de creer en el destino, lo capturaré entre mis manos y, con determinación, empezará a escribir su propia historia y no lo que otros han elegido para mí, para poder mirarme al espejo y reconocerme en el reflejo.

***

Ismael: 
Soy el actor de moda. Popular, sexy, provocador y con una sonrisa, que califican de arrebatadora, me
muevo por un mundo falso, irreal y dañino que me deja un vacío que sólo se puede llenar con elsonido de las carcajadas de Aura. Encontrármela cambiará mi universo gris y frío en uno de colores y cálido. Ella es especial. Ella tiene una sonrisa que da vida. Quiero que ella sea mi “para siempre” de cuento de hadas.






***

Víctor: 
Soy su vecino cantautor. Solitario, reservado, repleto de tatuajes y enigmático, creía que el amor era
una fantasía hasta que la conocí, la loca de la habitación de al lado. Esa chica capaz de convertir los momentos insignificantes en inolvidables. Y tengo miedo. Mucho. Nunca me he movido en este universo de sentimientos y sensaciones que hasta ahora me era desconocido, que no me afectaba, que  no me podía dañar. Y no sé si lo que siento por ella es amor porque nunca he experimentado algo así, tan fuerte, tan potente, tan intenso, tan mágico que parece mentira. Pero de lo que sí que estoy seguro es que si fuera una melodía la podría tocar las veinticuatro horas del día y nunca me cansaría de escucharla, deseando que fuese la banda sonora de mi vida, mi jodida obra maestra.


Una escena que abra el apetito:

Aura y Víctor

No necesitaba grupo. Estaba él solo, sentado de manera dejada sobre un taburete, un micrófono a la altura de sus labios, que ahora se mordía frustrado por alguna nota que no le sonaba del todo perfecta, aunque a mí me parecía música celestial. Bueno, no es que fuera una melodía clásica, ni mucho menos, pero yo, que estaba al borde de caer bajo su embrujo, me encontraba paseando por el Olimpo codeándome con los dioses de la mitología griega, sobre todo con Dionisio, el dios de la vendimia, el vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, que siempre ha sido el que más gracia me hacía cuando estudiaba Cultura Clásica con el Pocero —creo que no hace falta explicar el porqué del mote de mi profesor.

Arrancó los últimos acordes, carraspeó, se pasó la mano por la barbilla, en la que tenía una fina capa de barba apenas imperceptible, y sonrió antes de elevar la vista y sonreír a alguien en la barra mientras asentía. Ya no fue solo que nos permitiera ver esos ojos en los que el color miel daba paso al verde que rodeaba la pupila. No. Eso solo había provocado que todas contuviéramos la respiración. Lo importante fue su sonrisa.
Para mí, las sonrisas son el reflejo del alma. Tenía un dicho, y es que nunca me caía mal una persona si estaba siempre riendo, pero de verdad. Las analizaba tanto que creía que hasta había descubierto las diferentes clases que existían. Había sonrisas sinceras y también forzadas, que necesitaban ser acompañadas por una sonora carcajada o por un tímido rubor que cubría tus mejillas, que anunciaban una buena noticia o eran el prólogo de las lágrimas que ibas a derramar, que te mataban o te hacían resucitar…, pero, sobre todo, había sonrisas que enamoraban y otras que demostraban que estás enamorada. Y la de este chico era de las destinadas a conquistar corazones. Un explorador que llegaba a una tierra virgen para quedarse.

Ismael y Aura

—Aura… —gritó y, por su tono, supe que le faltaba poco para terminar.
—Dime. —Yo también tenía la voz entrecortada.
—Te quiero.
Ahí estaban. Las dos palabras y ocho letras que me convirtieron automáticamente en la mujer más feliz del mundo mundial. Acababa de tocar techo, ya no podría subir más arriba, porque ya estaba en la cima.

Esperó mi respuesta impaciente.

—Y yo.

Mis sentimientos eran tan evidentes que no creía que fuera necesario ni materializarlos en voz alta. Entonces se fue, cedió al placer, sin apartar sus ojos negros de los míos.

Todavía experimentando las últimas sacudidas, me atrajo para abrazarme.

Depositó un beso en mi cabello.

—Te quiero —repitió de una forma tan intensa que tuve que contener la congoja ascendente que amenazaba con obligarme a derramar unas lágrimas de felicidad, mis favoritas—. Para siempre.
—Eso es mucho tiempo. Te cansarás de mí.
—Nunca. Cada día voy a enamorarme más y más de ti, hasta que al final confunda el verbo amar con tu nombre.


Desde LecturAdictiva damos las gracias a Alexandra Roma por la presentación.




1 comentario:

  1. gracias por la presentacion, lo llevo a medias y la verdad es que me esta enganchando, y Aura es una maravilla. Me estoy llevando una muy grata sorpresa.

    ResponderEliminar