domingo, 1 de octubre de 2017

El rincón del escritor: Clara Álbori nos presenta Prométeme todos tus días

Prométeme todos tus días es una novela donde se huye de los tópicos del género New Adult. No es la típica historia de dos universitarios que se enamoran, ni del chico problemático y la chica rica perfecta que se fija en el chico malo. Nada de eso. Prométeme es una novela única que tiene de trasfondo el tema de la violencia de género. La protagonista ha vivido tiempo siendo testigo de uno de estos casos que ha acabado de la peor forma posible y ahora debe continuar su vida con el recuerdo de lo que ha observado durante tantos meses. 

Esta es la sinopsis:
¿Qué harías tú si te sintieras amenazada de muerte?
Eso se preguntó Aria tras presenciar la muerte de su gemela y ser atacada y casi asesinada por el novio de esta. 
Asustada tras su posible futuro, Aria decide huir sin nada más que algo de dinero y un poco de ropa. Confundida y perdida, piensa en regresar a España y enfrentarse a su destino, pero Zach Lowell se interpondrá en su camino para ayudarla en el cambio de su vida.
Aria tendrá que superar sus miedos, sobrevivir ante el hecho de que el asesino de su hermana siga suelto, hacer frente a sus recuerdos y pesadillas e intentar seguir adelante, pero tendrá que enfrentarse a nuevos desafíos durante su estancia en Leicester. 
¿Estará algún día preparada para volver?

Ficha del libro





Los personajes nos hablan de la novela:

Zach Lowell es un joven de veintidós años. Estudia en la universidad de Leicester su último año de Psicología Infantil y vive en Lytton Rd, una pequeña y modesta calle de esta preciosa ciudad donde comparte casa con su hermano mayor, Logan.

Hola, soy Zach y vengo a hablaros del día en el que mi vida cambió. Un día de octubre mi hermano y yo nos cruzamos con la chica más bonita que jamás había visto. A pesar de que su aspecto estaba un poco descuidado, yo me quedé completamente prendado de ella sin darme cuenta. Su pelo rubio largo hasta por debajo de los hombros, sus ojos azules y esa sonrisa tan dulce que le costó mostrar, era lo mejor que había contemplado en mucho tiempo. He de confesar, que, al principio, no me comporté muy bien con ella, pero cuando le di una oportunidad y me contó parte de su historia, me dieron ganas de abrazarla y no soltarla jamás para que nadie en su vida volviera a causarle ese dolor. Vi en ella a la mujer más valiente que jamás he conocido. Nuestra historia no es la más fácil del mundo, de hecho, es demasiado complicada, pero le prometí a una persona que haría lo que estuviera en mi mano para que nunca más pierda su sonrisa.

***

Aria Rivera es una joven de veinte años. Ella estudiaba Magisterio Infantil, aunque desde lo que le sucedió, ha dejado todo atrás. Actualmente, ha huido a Leicester donde se ha instalado de forma temporal junto con una finlandesa llamada Neida.

Hola, soy Aria Rivera y… me gustaría estar muerta. Muchos pensaréis que estoy mal de la cabeza y puede que sea así, pero todavía no conocéis mi historia y todo lo que he sufrido. Me he sentido perdida y muy sola… hasta que lo conocí a él. Zach Lowell… ese chico alto, fuerte, con el cabello castaño y esos ojos oscuros y tan intensos que parecen observarte también por dentro. Aunque creo que lo que destacaría de él sería su sonrisa, a pesar de que la primera vez que lo vi esta se encontraba oculta por unos carnosos labios que daban ganas de besar y saborear. Nuestros primeros minutos juntos no fueron los más buenos, es más, de no ser por su hermano, estoy convencida de que nos odiaríamos. Gracias a él, pude comprobar que detrás de esa expresión seria se escondía el chico más perfecto del mundo. Zach tiene una generosidad que muchos desearían y jamás podré agradecerle lo suficiente lo que hizo por mi aquella noche… aunque me cambiara por completo la vida. 


Una escena para abrir el apetito:

—Hablas muy bien mi idioma. —Le tendió la mano—. Me llamo Logan Lowell.

Aria miró aquella mano y despacio soltó una de las suyas que rodeaban el asa de la maleta para aceptar aquel saludo. Intentó disimular como le temblaba, pero no lo había logrado. Esperaba que Logan no se hubiera dado cuenta.

—Aria Rivera.

—Encantado. —Se giró levemente hacia su hermano—. Y este maleducado, es Zach. Mi hermano pequeño.

—Hola —le saludó Aria desde la distancia.

—Hola, y no soy un maleducado. —Miró a su hermano—. Solo que no me fío de alguien que no conozco.

Aria le fulminó con la mirada durante un segundo ante aquel tono borde antes de apartarla hacia sus pies.

—Ya, yo tampoco lo hago. No confío ni en las personas que conozco. —Le miró—. No sabes cuándo te pueden sorprender con su verdadera faceta.

Ambos se miraron a los ojos durante unos segundos hasta que Logan incómodo por ese silencio rompió el hielo.

—Bueno, nosotros vamos a Leicester. Tengo el coche aparcado en el garaje del aeropuerto. ¿Vas a quedarte en Londres? ¿Quieres que te acerquemos a tu hotel o adónde te hospedes?

—En...en realidad yo también voy a Leicester. Pero no sé moverme por aquí y necesito un billete de tren o de autobús que me lleve. —Mintió de nuevo.

Estaba tan perdida que al mencionar adónde iban había visto una oportunidad de que la ayudaran a llegar a algún lado.

—¡No te preocupes! Ven con nosotros. Vamos a la misma ciudad y en nuestro coche hay sitio.

—No sé si es buena idea. —Se mordió el labio inferior—. No me conoces de nada. Ni yo a vosotros.

—¡En eso le doy la razón! —apostilló Zach que no estaba de acuerdo con la propuesta de su hermano—. No la conocemos de nada.

—¡Tú cállate! —le espetó Logan antes de volver a dirigirse hacia la joven—. No nos conocemos, pero tenemos más de dos horas por delante para hacerlo. Y no encontrarás un billete más barato. —Le guiñó un ojo—. ¿Qué me dices?

—Es... está bien —aceptó Aria.

Zach echó un largo y sonoro suspiro y se adelantó a ellos para ir yendo hacia el garaje. No le hacía ninguna gracia que aquella desconocida fuera con ellos. Podía llevar cloroformo en la maleta, dormirles y llevarse todas sus cosas. Al pensar en aquello, se detuvo. ¿Qué cojones estaba pensando? Debería ver menos series policiacas. Su hermano tenía razón. Esa chica estaba perdida y asustada y sus ojos tenían todas las marcas que indicaban que había estado llorando recientemente. Se había comportado como un auténtico capullo. Le había ofrecido a ella el mismo trato que los alemanes le ofrecieron a él cuando llegó. Él estuvo en su lugar y sabía cómo se sentía. Lo mínimo que podía hacer era ser amable. Se giró esperando a que Logan y Aria le alcanzaran. Se colocó al lado de ella y agachó un poco el rostro hacia su oído.

—Lo siento —se disculpó.

Aria se sobresaltó al tenerle tan cerca, pero poco a poco se iba relajando con la presencia de aquellos dos hombres.

«No son Rafa, no son Rafa, no van a hacerme nada. Solo me están ayudando. No todos los hombres hacen daño. Y ellos no me lo van a hacer a mí»

—No pasa nada —le respondió—. Yo me habría comportado como tú. No me fío de la gente.

—¿Y por qué estás viniendo con nosotros? Podríamos no ser de fiar.

Aria suspiró y le miró a los ojos rodeados de unas espesas pestañas negras. Estando más cerca de él pudo ver que eran de color marrón oscuro, casi negro. Su mirada era intensa, tanto que parecía que estaba ahondando en sus pensamientos y temores más profundos.


—Porque ya no tengo nada que perder.

Desde LecturAdictiva damos las gracias a Clara Álbori por la presentación.

1 comentario:

  1. Un libro precioso, con escenas duras que contrasta con otras muy tiernas. Y unas hitoria de amor con mucha sensibilidad.

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